viernes, 21 de agosto de 2009

Soy...



Por: Nancy Mariel Castañeda

Soy las palabras que nacen de mis labios y el aroma que se escapa de mi piel. Soy los sueños que viven en mi almohada, los pensamientos infinitos de una mente enamorada y el cuerpo pequeño de una mujer apasionada. Soy las piernas de buen ver, el rostro serio, la mirada triste y los labios de fuego.

Soy el pasado que vive en la memoria, los recuerdos de 21 años aprendiendo a ser feliz, el carácter explosivo de un espíritu iracundo y la belleza de un baile sensual. Tengo la cualidad de no poder negarme al amor, soy capaz de entregar la vida por una promesa pero también puedo robarle el alma a quien se atreva a envenenar mi pecho con palabras falsas.

Estoy hecha de jade, con incrustaciones de diamante en toda el área abdominal, llevo inscripciones talladas en la piel como surcos de aguamiel, mis manos tienen detalles de pantera, mi rostro muestra un acabado tentador y en la boca mis colmillos fueron pulidos y afilados para dar una apariencia voraz.

El cabello se me quiebra, es débil, escaso, rebelde y se acomoda siempre de la peor forma pero me deja jugar con su textura, experimentar con diversos reflejos y cambiar de rojo a morado, de café a lila o de azul a negro en realidad no importa mientras no se quede tirado en la cama.

La voz me chilla como pichón hambriento y las palabras se traban en mi lengua como salmones río arriba. Suelo confundir fechas, nombres, números, direcciones, tareas, rostros y hasta recuerdos. Le tengo fobia a la oscuridad, me encanta dormir, llego 15 minutos tarde a todas partes, me mareo con facilidad y me obsesiona que mis pechos sean pequeños.

Puedo comenzar a soñar 30 segundos después de cerrar los ojos incluso estando en el metro, termino de comer siempre al final, soy alérgica al pelo de los animales y aún así duermo con mis dos perros, me da pena hablar de manera casual con las personas y puedo llorar tardes enteras sin razón aparente.

Mi risa salta espontanea cuando estoy aburrida, canto a todo pulmón mientras me arreglo, bailo desenfrenada bajo la regadera y soy feliz escuchando Alegría. Estoy enamorada del mismo hombre desde que ambos teníamos 13 años y hoy construyo mi vida a su lado. Amo con locura a mi familia y me encanta ser quien soy.

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