martes, 6 de octubre de 2009

Los beneficios del baile: una práctica saludable y divertida




Por: Mariel Castañeda Anaya

El baile ayuda a corregir diversas patologías producidas por el ritmo de vida actual, como la depresión, la neurosis y el stress; además, en el caso de la danza árabe, contribuye a un mayor goce de la práctica sexual femenina. Por otra parte, fortalece los músculos, facilita la circulación de la sangre y por cada hora, se queman entre 250 y 300 calorías.

Llevar una vida óptima, relajada y feliz, representa un verdadero reto en nuestros días. Comer sano ya no basta, el cuerpo requiere de constantes estimulaciones dónde liberemos las tensiones y agreguemos sabor a cada célula. La salud depende en gran medida de las condiciones físicas de nuestro organismo, pero el bienestar mental y espiritual, complementan el estado óptimo de fortaleza. Y el baile nos brinda diversas opciones para ejercitar el cuerpo, acariciar la mente y deslindarnos de la soledad.

La práctica constante de cualquier baile incrementa la circulación de la sangre, matizando el tono de la piel; el sistema respiratorio y vascular se refuerzan, mientras el vigoroso ajetreo de la danza ayuda a eliminar toxinas. Entre tanto, va moldeando la figura, tonificando los músculos y combatiendo la obesidad, todo mientras te diviertes y disfrutas del ritmo.

Yendo a disciplinas más específicas, uno de los bailes con mayores beneficios para la mujer, es la danza oriental o Raks Sharki, mejor conocida como danza árabe. Es un maravilloso ejercicio físico, que consolida la parte corporal, espiritual y sexual de sus bailarinas. Hace reverencia al poder interno en aquella parte oculta del cuerpo femenino: el vientre, cuna de almas y origen de placeres.

La danza de vientre aporta mejoras en la postura, inhibe los dolores menstruales, ayuda con la digestión y eliminación de desechos. Además, de acuerdo con algunos expertos, desbloquea los diversos “chacras” haciendo fluir la energía por todo el organismo, relajando el cuerpo y reanimando el espíritu, logrando un equilibrio físico y mental.

Por otra parte, los movimientos ondulatorios, las contracciones de vientre, las flexiones en los músculos perineales y en la pelvis, fortalecen la zona genital mejorando notablemente la satisfacción en las relaciones sexuales. Sin embargo, la estimulación musical, la coordinación, la creatividad de las coreografías y la expresión de sentimientos recónditos, dan el conjunto perfecto para realzar el autoestima y mantener una vida emocional saludable.

En fin, el baile es una manera de socializar mientras ejercitamos cuerpo y alma. Se rompe con la soledad de una vida apresurada, reconciliando las diversas partes humanas, escuchando al organismo y comprendiendo nuestro potencial sin reservas prejuiciosas.

Bailar es la oportunidad de olvidar el stress, convivir con otros bailarines y mantener una rutina más saludable. Sin embargo, es importante practicar la danza adecuada a nuestra condición física, controlar los ritmos de ejercitación y ser supervisados por un profesional. El baile es para todas las edades, géneros, gustos y costumbres; ejecutarlo es saludable, y disfrutarlo, un merecido plus.

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